Wednesday, April 04, 2012

DR. ALCIDES F. ESTRADA RUMBO AL PUENTE


Una vez más pinté el Puente de Piedra de la ciudad Calca, llamado también puente de Belén, dado la cercanía de la capilla y del colegio Belén.

El puente colonial, en estos momentos descuidado, maltrecho, abandonado; por donde discurre abajo el rio Qhochoj, (bullicioso, en español). Ese fenómeno se debe a que en su lecho hay rocas muy grandes y como el rio está en un desnivel bastante pronunciado, el chocar de las aguas provoca ese ruido sordo constante ; mucho más en épocas de lluvias, diciembre –marzo, ya que las aguas vienen “cargadas” desde diferentes afluentes ( lagunas, manantes, deshielos de un nevado etc. ubicados en las alturas que rodean esta localidad), formando este rio emblemático que corta la ciudad de Calca, su recorrido termina en el gran rio Vilcanota, mal llamado así, porque su nombre correcto sería Willcamayu (rio sagrado).

Otro detalle interesante es el gigante árbol llamado Pisonay, que enmarca este hermoso puente. Lamentablemente en Calca desaparecieron muchos de esos árboles, producto de autoridades locales ignorantes y poco respetuosas del medio ambiente y la naturaleza, por ejemplo, años atrás una alameda, de unos 200 metros, prolongación de la calle Garcilaso rumbo al rio Vilcanota, estaba llena de pisonaes a ambos lados en todo su trayecto y… no queda ninguno!!.
Porque se hicieron veredas y pavimentaron el lugar convirtiéndola en una avenida común y ordinaria, semejante crimen a la naturaleza no tiene perdón de Dios, habían también pisonaes en la plaza Sondor (esto me enteré leyendo un libro “Crónicas de Calca” de Víctor S. Chacón, ya que no los llegué a ver en mi estadía en Calca, cuando yo era niño) pero si ví pisonaes en la misma Plaza de Armas, aunque ya “muertos” y los recuerdo que eran como fantasmas gigantes alineados en un costado dicha plaza, lógicamente también fueron arrancados de su lugar, dicen que podría provocar accidentes si se caían (?).

Y ya que hablo de mi niñez, recuerdo que venían loros verdes del valle de la Convención o más allá, en bandadas haciendo mucho ruido, en época que los Pisonaes florecían, ya que estos tienen unos frutos rojos en forma de plátanos diminutos, una delicia para estos animalitos, esas escenas digna de un documental del National Geographic, no existe más. Solo está un Pisonay, como consuelo, en el extremo donde termina lo que era la alameda que menciono arriba, pegada a la ribera del rio Vilcanota y no fue derribada porque no molesta a la “modernidad”, está como abandonada en un rincón y quién sabe su futuro.

El Dr. Alcides F. Estrada, personaje ilustre, jurisconsulto, escritor, un intelectual calqueño; tuve la suerte de vivir unos años en su casa, sito en la calle Garcilaso y tratarlo personalmente, donde me daba aliento cuando yo niño, ya empezaba en las cosas del arte. Su hijo, Daniel, hombre probo, honesto y digno, humanista, indigenista, fue alcalde de la ciudad imperial del Cuzco en dos oportunidades, llegando a ser congresista por la Nación. MAS DATOS

En virtud a su trayectoria el Dr. Alcides Estrada tiene merecido su nombre en una nueva avenida, pegada al estadio Thomas E. Payne, en la actual ciudad de Calca, capital del Valle Sagrado de los Incas.

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